ANTE EL LIMBO DE UNA CATÁSTROFE INSTITUCIONAL, LA SALIDA A LA CRISIS POLÍTICA ES UNA ASAMBLEA CONSTITUYENTE QUE CONTENGA UNA PROFUNDA REFORMA CONSTITUCIONAL



 Por Alirio Gil *

E
l momento crítico que vive el país amerita que el pueblo venezolano haga valer el protagonismo que le otorga la CRBV. La dialéctica ha dinamizado los acontecimientos y las circunstancias políticas caracterizadas por una repetida polarización entre la MUD y PSUV, que ya no ameritan un acuerdo parlamentario para  hacer una reforma constitucional tal como la propusimos los independientes en la campaña electoral, pues no hay otra fuerza distinta a las que fueron beneficiadas por el voto popular, y se hace más evidente que la conflictividad entre poderes públicos no hará posible el funcionamiento de la Asamblea Nacional y la ejecución de las leyes que allí sean aprobadas.
Pero esa inmensa cantidad de venezolanos independientes, pero no neutrales, y esa masa de patriotas que votaron desesperadamente por esos dos bloques políticos, es decir, toda la sociedad venezolana deben asumir una posición activa y protagónica ante la falta de voluntad, la desidia y el  inescrupuloso proceder de los diputados de la actual Asamblea Nacional.
La pasividad del venezolano contribuirá a la hecatombe política del país, y solo la pro actividad y movilización de la sociedad  podrá detener el desastre institucional de Venezuela.
Se hace urgente que los venezolanos exijan la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, para superar las fallas de la actual Constitución  Nacional, que ha permitido la continuidad y el incremento de la corrupción administrativa en las instituciones públicas del país, siendo esta la causa la principal de la actual crisis económica y social de Venezuela, y que ha desembocado en una  política. No es un fenómeno nuevo en el país, pues este mal ha sido arrastrado desde las dictaduras pasando por los 40 años de los gobiernos puntofijistas.
Ante la gravedad de la situación política, económica y social del país, un sector de independientes proponemos que en una nueva Constitución Nacional se reduzca el período del ejercicio del Tribunal Supremo de Justicia de 12 a 5 años, la reducción del período del Poder Ejecutivo de 7 a 5 años, sin reelección,  la elección del TSJ, El CNE, el Fiscal General de la República, la Contraloría General de la República, el Procurador General de la República y el Defensor del Pueblo con el voto directo, secreto y universal, como hasta ahora se hace con el Poder Ejecutivo y Legislativo.
 El proceso de elección de estas instancias se debe efectuar con la formación de un nuevo Poder Público, pero permanentemente constituyente, a través de la elección de un Consejo o Comité de Postulaciones que no tenga compromisos con ningún partido político, electo por todos los sectores de la sociedad civil, con representantes realmente independientes pero no neutrales, y que este Comité de Postulaciones seleccione de su seno a un Consejo Electoral Provisorio para planificar, organizar y ejecutar el proceso electoral para elegir con el voto popular a todas las instancias ya citadas. Así se tendría la independencia real de los poderes públicos y la participación protagónica de la sociedad civil en el destino político, económico y social de la nación. La nueva Constitución Nacional establecería la obligatoriedad de crear en su articulado mecanismos para recuperar los aproximadamente 443 mil millones de dólares que se sacaron del país en 56 años producto de la corrupción, 228 mil millones de dólares en 40 años y 215 mil millones de dólares  en 15 años. Así se formaron loas dos últimas oligarquías en Venezuela.
Prioritario y coyuntural es la aplicación de medidas económicas para que el venezolano salga del calvario al que lo ha llevado la inmoralidad, y entre las medidas urgentes está la reasignación en la venta de dólares al sector productivo, la devolución de empresas y fincas a sus antiguos dueños, que para el momento de su expropiación eran productivas y que fueron quebradas después de pasar a manos del estado venezolano, producto de la corrupción y la ineficiencia.
 Al contrario, la propuesta de una Asamblea Nacional Constituyente es una solución política no coyuntural, ni circunstancial ni transitoria. En el país se necesita reinventar la democracia, y esta solución si es más duradera y más permanente, pero también es necesario reformatear al venezolano en lo moral y en lo ético. Esto pondría fin al conflicto, y así se renovarían  las instituciones políticas del Estado venezolano en sana paz. Si el PSUV y la MUD tienen sentido de sensatez y patriotismo, aceptarían esta propuesta pensando en la paz, en la felicidad y progreso de nuestro pueblo,  evolucionando y adecuando la institucionalidad democrática del país a las nuevas exigencias nacionales.

* DIRIGENTE POLÍTICO DE UN SECTOR DE INDEPENDIENTES, NO NEUTRALES, DEL PAÍS. VENEZUELA, 10 DE ENERO DE 2016.

Comentarios