EL ARTE DEL SOÑADOR




 Diademas de un diálogo
 


RÈGULO JOSÈ SANTOS

T
odas las comedias tienden a ser trágicas desde la dramática, épica y lírica, azul cometa que señala el código efímero enmarcado hasta la silueta púrpura que colorea la franja taurina a veces resulta bonachona ante el público.

No se disfraza en mayo con vestuario rechocho  menos su jactancia lo cubre con rocíos acuosos, semblante  menos su jactancia lo cubre lo cubre de rocíos acuosos, semblante a voz encuita donde hay telares sedosos envuelto sobre tropos carnestolendas.

¡Quién se vierte la copa rutilante  devaneo!

Julio a mitad del límite escorpiano incompatible en agosto, cada lámpara ilumina la esfera otoñal sin ostentar placer en escena briosa con gente de máscara que aúpa el corazón místico cuan vislumbra una imagen hilarante fuera de borde y rutina bajo la sombra  que proyecta la vida.

Ruleteo un episodio único, mágico y efusivo de leños a manera jovial nos impulsa un idilio azaroso y circunspecto, igual al tiempo aquieto cuando se hilvanan los granates allí se sortea el visaje complementado por una diadema teatral.




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Retentivas de un diálogo

RÈGULO JOSÈ SANTOS

Venezuela
 ¡
Cuánto veneráis impetuosamente la retentiva conspicua a encomio respecto al empíreo!
Área del cisne que férula sus alas a la quebrada de azur, aún divisa hasta la jícara el dantesco colorido del alabastro a rosal aromático de los níveos, frondas quesurcan las gladiolas ante el olor mastranto cual encumbre al azahar.

Dista el tenue albor moderando la aurora en víspera lunar, franja extasiada a la bruma marina, atestiguo de las piedras resbalosas y las galeras nupciales, almidón en mazorca a forma de brial.

iAh! Tiempo de mayo donde bailó y cantó el Maremare a  ritmo andantino enlazando hebras auríferas de corolas antañonas, se esboza en madera azabache a la luz menguante.
Del mismo modo emerge la delicadeza del nácar fragante a armiño, escarcha tenue entre el vellón pastoril ahí frotan las perlas que se encuentran sobre el tendal nocturno.

Infinidad de cultivos que nacen tras el huerto del paraje serrano y la parcela tupida en flores al sitio donde se tantean las esmeraldas, rubíes y turquesas bordadas por centenares alcatifas de panales bajo los diezmos  se solfea el áureo ofrendoso. 

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