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El cinismo revolucionario
Iván Olaizola D’Alessandro
Desde La Habana, capital de la República Bolivariana de Venezuela, el secreto más conocido del Caribe.
Aun cundo resulta ser un lugar común decir que las revoluciones, sobre todo si son comunistas, sean cínicas en su decir y actuar, nos parece que es oportuno recordar esto con relación a lo que estamos viviendo, o mejor padeciendo, en nuestro país, con la llamada revolución bolivariana socialista castro comunista del comandantepresidente, es decir del teniente coronel felón. Ejemplos sobran y en eso Globovisión se ha encargado de estar recordándonoslo a cada momento a través de sus “Aunque usted no lo crea” y “Usted lo vio”. Y suponemos que es por eso y por otras cositas más, que el régimen “democrático” venecubano siente la necesidad de estar permanentemente atacando a ese canal de televisión, tratando de cerrarlo o de ponerlo contra la pared para ver si cambia su línea editorial y baja la cerviz pero, al menos hasta ahora, no lo ha podido conseguir.
Lo más reciente del cinismo revolucionario (algunos amigos prefieren darle otro nombre, pero el mismo es impublicable, a menos que vaya a ser pronunciado en alguno de los didácticos programas del canal de todos los venezolanos) es el de acusar a la oposición, concretamente al candidato de la unidad democrática nacional, Henrique Capriles Radonsky, de estar jugando adelantado en cuanto al proceso electoral, es decir que anda encampañado. Y resulta ser que el teniente coronel felón va ya para catorce años en campaña electoral sin pararle a nada ni a nadie, pero además él mismo lo dice, lo proclama, a los cuatro vientos y en cadena nacional. Antes, durante y después de la Spalding carcinoma. Igualmente acusan al candidato Capriles de estar usando los recursos del estado, de Miranda supongo, para su campaña. Qué riñones, yo no puedo dar fe ni de una ni de otra cosa, pero de lo que sí puedo dar fe y todos los venezolanos y extranjeros también, es de que el teniente coronel felón, único y exclusivo candidato de la revolución castro comunista, hace uso y abuso de los recursos del Estado de forma grosera, y no hay poder público que le diga ni pio, más aun cada vez que abusa lo aplauden. “Estamos en cadena nacional” y la ovación de oreja y rabo.
En Cotiza, ex barriada chavista, tuvimos la oportunidad de ver otra demostración del talante “democrático” de los revolucionarios chavistas. Piedras, palos, bombas lacrimógenas, tiros, motos y franelas rojas rojitas, fueron usadas como argumentos ideológicos por grupos para militares armados del gobierno, sicofantes del hamponato dijera don Rómulo, para tatar de contrarrestar los planeamientos que el candidato Capriles les hacía a los habitantes de tan importante barriada de la capital. La herida de un dirigente universitario, los moratones de una periodista y el robo de micrófono y cámara de Globovisión, fueron los trofeos revolucionarios ofrendados al presidente-paciente-impaciente, enviados al hospital habanero. Y de inmediato el cinismo extremo. Los atacantes fueron los atacados. Los venados hicieron correr a los perros. El joven ministro del MINPOPOIJ, seguido de otro joven ministro de otro MINPOPO y del teniente de la AN salieron a pontificar sobre la paz, la calma, la tranquilidad, a decirle a Capriles y sus huestes que no usen armas, que cesen en la violencia. Que hagan una campaña, bueno que todavía no podían hacerla, pero en todo caso que la hicieran con pétalos de rosas y sin espinas. Y todo el mundo vio por TV, hasta los videos que pasaron por el 8, el de todos los venezolanos, como los malandros rojos rojitos, motorizados, con armas en mano, hacían poner pie en polvorosa a Capriles y sus acompañantes. El que aspira suceder al jefe, si es que éste pela gajo, señaló que la oposición quería convertir a Cotiza en otro Puente Llaguno. Bueno a confesión de parte relevo de pruebas. En ese puente aledaño a Miraflores, vimos, lo vimos todos, como unos “caballeros” armados “de buenas intensiones” le “disparaban flores” a los marchistas del 11A. Lo mismo que le hicieron los defensores de la revolución a los visitantes dominicales de Cotiza.
Pero el tiempo se les acaba. El cinismo ya ha sido desenmascarado. No hay diagnóstico que valga. Ya no cala eso de queremos paz, usando lenguaje de guerra. De respeto, insultando. De tolerancia, excluyendo. De justicia, parcializada. De democracia, comunista. De libertad, oprimiendo. De derecho violando Constitución y leyes. De Dios, de vírgenes, siendo ateos. El 7-O te damos lo tuyo.

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