Biografías de un diálogo
Règulo Josè Santos E/C
Arrecia el hado confort del alma trastumbando los indicios que exornan la tierra murmuran los prelados desde el recinto cuan entumece a Migelanguelo Da Vinci, el artista prodigioso renace entre las populosas calles por donde ondea la fama de diseñador de bocetos épicos en escenarios místicos con pinceladas de colores pasteles al dibujo enmarcado sobre el bastidor. Retornó a nuestra urbe lleno de regocijo y fraternidad expandiendo su arte oriundo de la ciudad de las 7 colinas fue alumno de los maestros Bedoya, Caravaggio y Massacio obteniendo un valioso aprendizaje ampliado en su gama potencial. Nadie figura en el portentoso talento del estirpe creativo e inmortal de retentivas moderadas al suelo natal ¡Basta de hipótesis anacrónicas! Vestido de matices claroscuros con fragancia a estelas pictóricas cultivando su talento a través de enseñanzas novedosas. De frente a las siluetas festonas del arte con aspiración de darse a conocer esta vez me refiero al joven Migelanguelo Da Vinci que sin duda en lo adverso expone sus obras pictóricas contentivas de variedad de colores situados al entorno del esquema.
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