Dialogar
con Verona
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Por
Régulo José Santos
Me
atrevo a bocetar el verso simbólico inspirado bajo la fibra
semiótica, conjuro de un fragante arpegio por voluntad de una
sátira, el merito del latente enjoyal. Ductriz del poeta quien posee
un hálito soñador, que por cause de asfódelos prosigue silente
divagando su inulto abismo. La soledad fue la primura de ahí
ascendió el escudo y esa forma acuciante, plataforma emprendedora,
juventud que presagia la muerte hecha congoja caduca. Lueñes
provincia de Venezuela con impavidez estoica cuya finalidad realza
un código prevarico ¡Oh! Rostro lívido que susurras al son augusto
y melancólico con un cerceno de espinal por corona ante el afectuoso
pañuelo azul de Verona. Donde la faz más desafiante y rauda es
aureola, letargo primoroso y confidencial, el semblante con la
horrura desencantada ¡Que afanáis en codiciar la fortuna! El
espiral del silencio remonta el sódico espejo entre los atalajes
misántropos, conduce la irónica ruta del universo etéreo, lenguaje
que predicáis vetustamente la poda desértica
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Criterios
de un diálogo
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Por
Régulo José Santos
¡Ah!
Vanidad de banalidades e increpación entre regodeos desaforados,
bruces al brecho de una vociferante iconoclasta como rauda camelia
ante el soplo abrumante se cruzan los portales de la grandeza
ecuménica: comedia, farsa, tragedia y dolor. Preconicen el orden
moral sin rasgos de libertinaje mas con egotismo docto, zambulle al
fango de la linfa palpando la sombra del jején y la buba aliciente
como convalece el barrunto visgón ¡Que desenfado suntuoso! Huelan
el susurro baldío de los arroyos para impedir lo chabacano,
empalagoso y vacuo, encubrir en alegorías cual resulta especiosa y
prolijante, manar la sátira burlesca enfementidos, rocíos irónicos
hasta el ocaso sarcástica, desmadrada rutila y desdeñoso espurio.
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Reflexión
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Por
Régulo José Santo
La
educación es el complemento de la sociedad, debe ser gratuita para
todo aquel que la requiera, el estudiantado a veces actúa
equivocadamente ante las circunstancias, pareciera que las luces de
su formación se desvanecen en medio de tantos desacuerdos.
Sometidos a la situación en que viven; claman porque exista moral,
¡Basta de mentiras! Es el rumor que se escucha en las escuelas,
liceos y universidades.
Los
pueblos que avanzan sin educación fracasaran en sus objetivos, es de
suma importancia que haya unión entre el estudiantado y la autoridad
para llegar a un feliz acuerdo, sin necesidad de armar desordenes
públicos; porque al final, esto es lo que hace perder el tiempo y
no es conveniente para con nuestro fundamento; claro, existen los que
se aprovechan de la situación, sembrando discordia. La mejor fórmula
es buscarle una solución eficaz al problema, sin ningún tipo de
represión.
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