Por Frank
Tovar
En mis tiempos
de liceísta en el José Ávalos ya era militante de la Juventud
Comunista de Venezuela. Era un centro de estudios que tenía como
director al profesor Pedro Guevara, miembro para ese entonces de las
filas del desaparecido Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR).
Estamos
hablando de 1978, aproximadamente. Los liceos eran también un
espacio de activismo político. Todos los partidos de aquellos
tiempos tenían su trabajo en Educación Media. Por eso era común el
reparto de volantes y también de horarios de clase con las siglas de
la JC, de la J MÁS, de la JRC, de la Juventud de AD, Ruptura o
Bandera Roja.
Este cuento
viene a colación porque en el Ávalos también estudiaron, y allí
coincidimos, entre otros, Juan Barreto, ex alcalde mayor, Juan Arias,
miembro del gabinete de Nicolás Maduro y el propio Maduro. Todos
ellos eran militantes de la Liga Socialista. También recuerdo a
Jairo Hernández, del CLER (Bandera Roja) y a Marla Muñoz, del
PRV-Ruptura.
Recuerdo que
de cara a una elección del Centro de Estudiantes logramos un acuerdo
electoral para presentar una plancha unitaria. Y, sin imaginar lo que
vendría décadas más tarde, el candidato a encabezar la
plancha como presidente resultó ser Nicolás Maduro, aunque el
dirigente con mayor reconocimiento en ese momento era el entonces
flaco (créanlo) Juan Barreto.
Pero Juan,
líder de la Liga, insistió en Nicolás y, tal y como se esperaba,
la alianza ganó por poco a una plancha de independientes creo que
apoyada por AD, Copei, e incluso el MAS.
Yo solicité en el PCV que nos
imprimieran en los talleres de Tribuna Popular un afiche para
promover la plancha que encabezaba Nicolás Maduro. Y así se hizo.
Para esos fines fuimos a “Cantaclaro”, sede del PCV en San
Martín.
Ironías o
travesuras de la vida, pero no deja de ser un hecho curioso que el
septuagenario vocero del PCV deje de circular por falta de papel, en
un gobierno encabezado por aquel carajito que en los finales de los
setenta recibió apoyo para reproducir un afiche en la imprenta
donde, semana tras semana, salía a la luz un nuevo ejemplar de
Tribuna Popular.
Como dije vía
Twitter en días recientes, Tribuna sobrevivió a la represión de la
dictadura perezjimenista y de los gobiernos de Rómulo Betancourt y
Raúl Leoni. Pero le toca salir de circulación en el gobierno de
Nicolás Maduro, a quien el PCV sigue apoyando, aunque cada vez con
más incomodidad que complacencia.
La Corporación
“Alfredo Maneiro” no hace distingos a la hora de tragarse medios
impresos, gracias a la discrecionalidad en la asignación de cupos
para la adquisición de papel. Ya van unas cuantas decenas de
medios, sobre todo del interior del país. Maneiro, ex dirigente del
PCV y fundador de La Causa R, no merece que en su nombre mueran de
mengua históricos medios impresos.
Ahora le toca
al legendario Tribuna Popular, del cual fui pregonero en los barrios
de Caracas, y donde dí mis primeros pasos como reportero. Allí tuve
como maestros a su director, Américo Díaz Núñez, Héctor Mujica,
primer presidente del Colegio Nacional de Periodistas, y mi siempre
recordado profesor Federico Álvarez. Ya no profeso la ideología
comunista, pero ello no me impide rememorar mis vivencias
asociadas a este diario y luego semanario “al servicio del pueblo
trabajador”.
¿Te acuerdas
de Tribuna Popular, Nicolás, y de esa ya lejana visita que hicimos a
su imprenta? Pues ese semanario ha dejado de circular, como muchos
otros medios, en tu gobierno. La historia toma nota.
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