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Perimetrales de un diálogo
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Imagen: Google |
Por Régulo José
Santos
Trujillo
Debemos destacar la labor que lleva a cabo el
hombre, la mujer y el niño oriundo del área campestre, rural, urbano, perímetro
central, entre otros, quienes con valor y coraje se adiestran en cualquier
actividad que resulta beneficiosa sin amilanar la voluntad en ejercer un
trabajo acorde a su edad, condición y temperamento.
De igual forma, se reconoce la
grandiosa proeza del artista en dar a conocer su genuina creatividad sin
retorica ni aspecto elitismo más se ensancha en inventar o errar donde influye
la vocación y el talento humano.
También se indica el buen
principio cristiano apuntado por la persona cual aduce qué comerá con el sudor
de su frente y vestirá, somos capases de superar los entuertos encontrados,
irrumpir atajos sin altanería menos resquemor ni argumentos fuera de lógica.
Igualmente se reconoce el mérito
y la participación de quienes con entusiasmo y ganas de salir adelante surgen
de forma espontánea y juiciosa, no así se avizora en el cielo un montaje
teatral disfrazado de linaje tenue.
¡El honor y la gloria sea para quien lo merece!
Así mismo acoto en exteriorizar
un pensamiento sustentado en el reconocimiento que merece la persona por sus
logros alcanzados, realzar con sapiencia el deseo y esfuerzo de los
estudiantes, trabajadores de la economía informal, limpiabotas, cafesero,
obrero de la calle, empleado de oficina, locutor, herrero, entre otros, pues
vale la pena mencionar que el trabajo no deshonra a nadie más lo enaltece sea
cual sea su naturaleza cuyo proceder tienda a la nobleza evitando las
marramucias o esperpentos fuera de lugar.
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