**Según un estudio del proyecto
Integridad Electoral, en el país sudamericano se incumplen tratados y convenios
internacionales, lo que se agrava con la denuncia de la compañía Smartmatic,
que señala no poder garantizar la integridad del sistema
El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela anunció este jueves la nueva fecha electoral del 20 de mayo. CORTESÍA |
Por Eugenio Martínez
@puzkas
CARACAS/DLA/10-03-2018.-
.- La
calidad de las elecciones en Venezuela sigue deteriorándose. Según el último
reporte del proyecto Integridad Electoral los procesos electorales en la región
en que menos se cumplen los “estándares internacionales y normas globales que
garantizan la apropiada conducción de las elecciones” se encuentran en Haití,
Nicaragua, Honduras, República Dominicana y Venezuela.
El
Proyecto de Integridad Electoral (EIP, por sus siglas en inglés) es una
iniciativa académica de las Escuela Kennedy de Gobierno de la Universidad de
Harvard y el Departamento de Gobierno y Relaciones Internacionales de la
Universidad de Sydney, que persigue evaluar la calidad de las elecciones a
nivel global.
Para
realizar esta valoración se analiza el cumplimiento de estándares “basados en las buenas
prácticas que han sido establecidas en diferentes convenios y tratados
aprobados por organismos internacionales y regionales como Naciones Unidas, la
Organización de Estados Americanos, la Unión Africana o la Organización para la
Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE)”.
Para
realizar la clasificación global los responsables del EIP realizan encuetas a
expertos en aquellos países en donde se han celebrado elecciones entre el 1 de
julio de 2012 y el 31 de diciembre de 2017, para una muestra de 3.235 expertos
que evaluaron 285 elecciones parlamentarias y presidenciales nacionales en 164
países. La última versión del estudio incluye 44 evaluaciones electorales de
los comicios celebrados durante 2017.
El
estudio evalúa el desempeño en 11 dimensiones diferentes: Ley Electoral,
Procedimientos Electorales, Distritos Electorales (circunscripciones), Registro
de Votantes, Registro de Partidos y Candidatos, Cobertura de Medios,
Financiamiento de Campaña, Procesos de Votación, Conteo de Votos, Resultados y
Autoridades Electorales. Cada una de estas dimensiones fue medida en una escala
estandarizada de 100 puntos; la cual ha sido subdivida en tres grupos: Baja,
Moderada y Alta.
En el
caso de Venezuela los procesos electorales solo alcanzan 45 puntos de los 100
posibles, lo que ubica al país junto a Haití (31 puntos), Nicaragua (36),
Honduras (37), y República Dominicana (44) entre el grupo de Estados con el
peor índice de Integridad Electoral de la región.
En el
caso concreto de Venezuela se observa un deterioro sistemático en los 11 indicadores
que componen el estudio desde las elecciones presidenciales del año 2012. Según
el análisis realizado por los investigadores de este proyecto en las elecciones
presidenciales del año 2012 la calificación global de la Integridad Electoral
del proceso se ubicaba en 54 puntos. Seis años después la clasificación
disminuyó hasta 44 puntos.
Según los
autores del estudio “las democracia requiere que muchas instituciones trabajen eficazmente:
se necesita de partidos políticos competitivos, un poder judicial
independiente, una prensa libre y vigilante, la supervisión de los órganos
parlamentarios y los controles y equilibrios constitucionales que impiden el
abuso de poder por parte del ejecutivo (…) Las elecciones con integridad son la
base central que vincula a los ciudadanos con el Estado, lo que apuntala la
responsabilidad de los titulares de cargos ante los votantes. El índice PEI
está correlacionado con la calidad de la democracia”.
El
reporte de Integridad Electoral señala que los países con las elecciones con
mayor respeto a los estándares internacionales en la región (en orden
descendente) son: Costa Rica (81 puntos de 100 posibles), Uruguay (75) y Canadá
(75). En el caso de Estado Unidos el índice de integridad Electoral se ubicó en
61 puntos después de las elecciones presidenciales del año 2016, lo que implica
un retroceso de hasta 8 puntos en la clasificación en comparación a las
elecciones presidenciales del año 2012.
En el
ámbito global los procesos electorales en donde más se respetan los estándares
internacionales son: Dinamarca (81 puntos sobre 100 posibles), Finlandia (86
puntos), Noruega (83), Islandia (82) y Alemania (81).
NO SE
PUEDEN CERTIFICAR LOS RESULTADOS
En el
caso de Venezuela los resultados del informe de Integridad Electoral se hacen
aún más graves y elocuentes después que la empresa Smartmatic anunciara el cese
definitivo de sus operaciones en Venezuela.
A través
de un comunicado de prensa la empresa explicó que las razones del cierre “son
ampliamente conocidas. En agosto de 2017, después de las elecciones a la
Asamblea Nacional de Constituyentes, Smartmatic declaró públicamente que el
Consejo Nacional Electoral había anunciado resultados diferentes a los
reflejados por el sistema de votación. Este episodio conduce a una ruptura inmediata
de la relación cliente-proveedor”.
En su
comunicado la empresa ratifica que no participó en las dos últimas elecciones
(Elecciones regionales del 15 de octubre de 2017 y Elecciones municipales del
10 de diciembre de 2017) y en consecuencia “como la empresa no participó en
estos procesos, y dado que los productos de la compañía no están cubiertos por
la garantía y no fueron certificados para esas elecciones, Smartmatic no puede
garantizar la integridad del sistema, ni puede certificar la exactitud de los
resultados”.
Después
de 15 años de servicio y 14 elecciones asistidas Smartmatic dejará de ser el
garante de los resultados electorales en el país. Según ha anunciado el CNE la
filial en Venezuela de la empresa argentina ExClé será la encargada de brindar
asistencia técnica a los procesos electorales en el país.
El
anuncio de Smartmatic se une a las declaraciones de Zeid Ra'ad Al Hussein, alto
comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, quien indicó durante
la presentación de su informe anual sobre la situación de los Derechos Humanos
en el mundo que la situación política y social en Venezuela no reúne "las
mínimas condiciones para poder celebrar elecciones presidenciales (…) Estoy
seriamente preocupado porque en este contexto no se cumplen de ninguna manera
las mínimas condiciones para unas elecciones libres y creíbles".
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