Prof. Luis Soto Pírela
Analista Político
El próximo sábado 02 y el domingo 03 de Diciembre se deben estar
reuniendo en República Dominicana la oposición venezolana con el gobierno
socialista de Maduro. De este conversatorio está pendiente todo el país, las
esperanzas están puestas en la búsqueda de una vía para la libertad de los
presos políticos, un canal humanitario que sirva para traer alimentos y
medicinas a un pueblo que padece esta deficiencia, que ha mermado las
posibilidades de los niños para desarrollarse físicamente y ha acortado las
posibilidades de vida a los adultos.
La democracia es una forma de participar en la organización de la
sociedad y este gobierno se ha empeñado en negar su existencia, prefiriendo
mantener una represión permanente para obligar a los ciudadanos a practicar un
socialismo arcaico y depredador del bienestar ciudadano, nadie puede pensar que
por esta vía tengamos alguna posibilidad de sobrevivir, vamos “palo abajo” y en
“caída libre” hacia el colapso total.
Las medidas económicas del gobierno en vez de buscar el desarrollo,
entraban las posibilidades y las iniciativas de las mentes abiertas al
progreso, con este gobierno socialista hemos regresado al pasado, lo que ayer
recordábamos como cosas y casos superados, hoy volvemos a encontrarnos con la
misma piedra.
Para comenzar un entendimiento entre la oposición y el gobierno, debe
existir una cualidad para ambos, nadie va a una conversación con un látigo en
las manos, todo el participante en el conversatorio debe tener “guantes de
seda”, los entendimientos deben ser de ganar-ganar, hay cosas que todos dicen
apoyar, por ejemplo, los derechos humanos, la participación del pueblo, el
derecho a la vida, a la alimentación, a la seguridad, a la salud, a la
educación, el respeto a la Constitución, a la participación política, en las
conversaciones hay que definir muy bien esos conceptos, ¿Qué entiende cada
quien, cuáles son las definiciones y como ven la aplicación de esos conceptos?
Aclarado esto, vendrán los acuerdos que conlleven a desarrollar las
políticas recomendadas, todo esto debe tener unos, llámense testigos,
observadores, facilitadores o veedores, pero estos personajes deben tener una
respetabilidad mundial que garantice las confianza de los polos de poder que se
reparten el mundo.
Nadie va a poder salir de este atolladero sino se comportan como seres
racionales. La fuerza y las ideas, sino hay un equilibrio entre ellas, terminan
en la guerra.
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