Dialogar de juglares
Por Régulo José Santos
Trujillo
¿Hasta
cuándo la felicidad se ahuyenta de nuestra vivencia y anuncia a los ventanales
de los juglares ecológicos el menosprecio?
Habrá fenecido el aliento del cedro y no
podrán cantar los infantes ni ofrecer el cáliz si no la congoja enmudece los
sueños.
¡Oh! Zeus, despeja la miseria que colma
horizontes de espumas sinuosas ¿Por qué destila el crisol?
Las niñas sonríen sin abogar por la
penumbra, acaso el ademán del alma plasma su querencia de confesarnos ante los victimarios de la
mortandad del hombre, culpables del estupor que turbó la esencia humana, el
encanto cegado en la alcoba, tal vez recompense en nosotros la cruenta
desolación y divise el espejo nuestro rostro doliente…
Como el hijo huérfano que quiso amar y
encontró la frase rozagante de heridas.
Somos el eco virtuoso del mundo ¿Quién
multiplicará los panes y otorgará indulgencia?
La augusta expectativa se pronuncia al
portal.
-Aguardad con templanza el significado de
la redención verbal – será sobrio el
fogón, percibo rocíos resecos y undosos envueltos al agua.
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