Aporrea: TSJ disuelve la AN
electa por el pueblo, ahora Maduro gobierna de facto
Cortesía: DolarToday / Oct 13,
2016
La decisión
del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) en relación con autorizar al Ejecutivo
Nacional para que el presupuesto nacional del año 2017, sea presentado ante la
“sala constitucional” de ese organismo, es decir, obviando lo que establece la
misma Constitución Nacional sobre las facultades que tiene el parlamento como
único ente para aprobar o reprobar la distribución de los recursos de la nación,
es un golpe de Estado no sólo contra la institucionalidad legislativa, sino que
además disuelve el Estado en su concepción democrática, porque inhabilita las
funciones de un poder público electo por mayoría popular.
Por: Javier
Antonio Vivas Santana / Aporrea
El TSJ al liquidar a la Asamblea Nacional bajo
premisas seudoconstitucionales, las cuales invocan el artículo 336 de nuestra
carta magna en sus numerales 3 y 4, cuando irónicamente tales numerales, les
generan severas contradicciones filosóficas, jurídicas, administrativas y
políticas a los magistrados, porque el decreto de “emergencia económica” está basado en la prórroga irríta
de un Estado de Excepción, que ya superó los 60 dias en su lapso de ampliación
según lo determina más abajo, el artículo 338, numeral 6, lo que implica por
analogía que sí se aplican semejantes condiciones de “argumentación” y quid
juris al desacato en que habría incurrido el órgano legislativo, no es más que
una repetición de las fallas que el gobierno de Maduro ha ejecutado en todos
sus actos administrativos; verbigracia, aplico mi propia torpeza, para tratar
de atropellar al otro, sobre la base de las mismas torpezas que ejecuto, porque
el TSJ al señalar al artículo mencionado como parte de su fuerza y validación
jurídica, demuestra además de máxima ignorancia jurídica y de sintaxis
política, la moralina de todos sus integrantes.
Es evidente que una decisión de este tipo, aunque
traten de “adornarla” con aprobaciones de fantasía, genera sendas limitaciones
al ejercicio democrático, por no decir que lo anula, porque el golpe no es sólo
contra la Asamblea Nacional, sino es contra la pluralidad y el origen del voto.
El golpe es contra la expresión popular como garante de los derechos políticos,
que son la genésis de los actos políticos y administrativos del poder público.
Lo único que le falta al actual TSJ es eliminar las
elecciones regionales o cualquier otra, bajo el remoquete de la “emergencia
económica”, alegando que por condiciones “excepcionales” del susodicho decreto,
el país “no estaría en condiciones” para llevar a cabo ningún evento electoral, con lo cual, no sólo el
revocatorio, sino hasta la eventual convocatoria de una Asamblea Nacional
Constituyente, o inclusive las elecciones presidenciales quedarían pasadas por
el forro de la seudolegalidad. ¿Y cómo podemos llamar a un gobierno que elimina
las elecciones establecidas por mandato constitucional? ¿Democrático?
Maduro llama a semejantes acciones “apegadas” con los
principios “constitucionales”, cuando en efecto, sabemos que la única verdad es
que desde el propio TSJ se está violentando no sólo la máxima norma de la
República, sino que todos los procedimientos administrativos en relación con
detenciones por parte de la policía política, responden con revanchismos sobre
quienes critican y adversan al madurismo como doctrina totalitaria del poder.
Cuando el TSJ disuelve a la Asamblea Nacional a través
de una sentencia, también ha derogado en toda su connotación juridica al mismo
Estado. Es un autogolpe. Maduro gobierna de facto. A propósito de ser ciego.
Quien tenga ojos que vea.
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