Cortejos de un diálogo
Por RÈGULO JOSÈ SANTOS
Valera
¡
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Qué le
pasa a mi tuntún quien al parecer anda enfadada!
De
manera exabrupta se comporta indiferente enfocando la huella penumbrosa entre
lo delirante.
¿Cuántos requerimientos de amor
ansía el corazón?
Acaso alegas que esquivo tener un encuentro con usted, estampo la palabra que retorna a su aposento sin
instigar el deseo apasionado que se procrea impetuosamente
sobre mi ser; no obstante reflejo la soledad a pie latente
distante.
¿Qué he de interpelarle?
Ayer hallé afecto y gracia ante sus ojos mas hoy de
forma caprichosa arguyes – seguimos o paramos –
qué genio elocuente demuestras con tal actitud, marcho con destino
al amor o la felicidad, manifiesto que no he hecho más que quererla y adorarla
con asiduo frenesí. Desde el péndulo donde esté ubicado confiero la
decisión de avanzar sin ademán vanidoso; solamente se estampo bajo el edén un
ósculo suyo y mío hasta que el horario matutino y nocturno cincele el delirio
de sus preludios.
¡Ando exhausto de melancolía!
Disfruté la dicha de sentir con vehemencia la delicia
de sus caricias – Tú y yo en escala fugaz y exhuberante – quién
posé el mérito de hacerse adorar por un espíritu admirable, noble y virtuoso.
Cortejos de un diálogo
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