Absurdo pensar a estas alturas que “la izquierda se despide de Latinoamérica”, si aquí no ha existido izquierda, sólo individualidades comprometidas y convencidas
¿
|
Cómo se puede afirmar que en Latinoamérica se está
despidiendo la “izquierda”, ante los reveses sufridos por esos autos
denominados “Izquierdistas” en el sub continente americano? Derrotas que han
sufrido, primero en Argentina con el Frente Peronista de Cristina Fernández de
Kirchner frente a la coalición derechista CAMBIEMOS; en Bolivia, con la derrota
en el referendo sobre la enmienda constitucional donde se solicitaba la
reelección de Evo Morales por otro período presidencial, y en Brasil con el
escándalo por la acusación de supuesta corrupción administrativa por parte de
Dilma Rousseff y Luis Ignacio Lula Da Silva del Partido de los Trabajadores
(PT) en la estatal petrolera PETROBRAS, y a quien se le retiró de la alianza el
Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB).
En
ningún país, el socialismo burocrático y estatista ha tenido éxito, porque los
gobiernos han secuestrado las funciones que debieron asumir los trabajadores y
el pueblo en general. En Venezuela, las cúpulas
del PSUV decretaron el
“socialismo del Siglo XXI”, que no es precisamente producto de una consulta a
los trabajadores, a los campesinos y al pueblo en general, sino una lucha de
poderes entre oligarcas de la cuarta República y nuevos oligarcas formados
durante 16 años, y sobre todo que ese supuesto socialismo es una falacia
inventado para desviar el proyecto original de bolivariano, y creando falsas
expectativas de solución a la problemática social y económica del país. Todo
fue un artificio para entretener a los venezolanos y así constituir una nueva
oligarquía con los recursos de la nación.
En
Latinoamérica lo que ha existido es un disfraz de izquierda y un esnobismo en
los intelectuales y sectores de clase media con pretensiones pequeñoburguesas,
motivados principalmente por razones emocionales y no por convencimiento.
Debido a eso es que al solo oler el poder sufren una inflexión y abandonan la
ilusión de cambiar lo viejo por lo nuevo, cayendo en lo mismo del pasado,
siendo más de lo mismo o aún peor de lo que había antes.
En
la revolución francesa de 1789 los jacobinos, partidarios de un sistema
republicano, se ubicaron a la izquierda de la Asamblea Constituyente, no por
eso se les puede denominar socialistas, solamente querían nuevas relaciones de
producción no feudales, y sus consignas políticas era la igualdad, fraternidad,
solidaridad y en lo económico el liberalismo, mientras que los girondinos o la
nobleza, partidarios de que se mantuviera la monarquía, se ubicaron a la
derecha. Los primeros, partidarios de los nuevo, de una República, los
segundos, deseaban mantener lo viejo, el régimen monárquico.
Ser de izquierda es querer suplantar lo viejo
por lo nuevo, monarquía por República, dictadura por democracia, y democracia
por más y mejor democracia. Todos los
cambios de gobierno en Venezuela han mantenido la supremacía de una clase
social por encima de las demás, y han incrementado las abismales y crecientes
desigualdades sociales, hambre, pobreza, miseria y corrupción. Ninguno de ellos
ha erradicado estos males sociales. Por tales razones, es un absurdo pensar a
estas alturas que “la izquierda se despide de Latinoamérica” si aquí no ha
existido una izquierda real, solo individualidades convencidas y comprometidas,
pero que no han encontrado eco en la sociedad; y muchas de ellas perdieron sus
vidas en la lucha por la transformación de la sociedad en manos de gobiernos
dictatoriales oligarcas y seudo democráticos, oligarcas también, muchas de
ellas desaparecidas, torturadas o asesinadas, siendo satanizados, y denigrados por unos y traicionados sus sueños
por otros; mientras los oportunistas de las dos oligarquías agrupadas en la MUD
y PSUV, han engrosado sus arcas personales en sus respectivos gobiernos.
Es
cierto que el humanismo cristiano es lo que ha hecho falta en los políticos
tradicionales tanto de la derecha como de la falsa izquierda. Pero aún los más
cercanos a esta propuesta que son los creadores de la Teología de la Liberación,
han podido romper con el predominio de los políticos corruptos. Es necesario un
método para ser propuesto a los pobres, que les permita su participación en los
asuntos políticos y públicos para transformar la sociedad y eliminar las
injusticias e iniquidades en la vida terrenal. Mientras eso no ocurra, se deja
a sus anchas a los políticos tradicionales corruptos e ineptos el privilegio y
el monopolio de conducir el Estado. Ni en la derecha de la MUD, ni en la falsa
izquierda del PSUV y sus aliados hay la voluntad de revertir esta realidad.
A
eso se agrega que los sectores políticos que son realmente de pensamiento
transformador, están atomizados en el país. Es por eso que ante un eventual
revocatorio de Nicolás Maduro, un recorte a su mandato presidencial, una
Asamblea Constituyente o reforma constitucional y el llamado a elecciones
generales, no favorece al pueblo porque no hay hasta el momento otra
alternativa que se oponga a ambos bloques de la derecha de la MUD y PSUV. Es
urgente la organización de estos sectores cristianos y los sectores políticos
honestos del país para que a su vez organicen al pueblo para futuras
contingencias políticas en el país y evitar que el gobierno vuelva a caer en
poder de estos dos bloques de la derecha oligarca.
ALIRIO GIL, MIEMBRO DE LA CORRIENTE
POLÍTICA “FABRICIO OJEDA”. TRUJILLO, 27 DE MARZO DE 2016.
Comentarios