Las medidas económicas que anunció este miércoles
el presidente Nicolás Maduro, lejos de conducirnos por el mar de la
felicidad, nos llevaran “a la laguna Estigia, eso que llamaban los
griegos el infierno”, opinó el economista Francisco Faraco.
“El presidente Maduro demostró ayer que no tiene
idea de la naturaleza ni de la magnitud de la crisis. Estas medidas para
nada tienden a fortalecer la producción interna, es decir, la oferta
interna de bienes y servicios. No entiende que el problema de la escasez
y de la inflación deriva de una insuficiencia de oferta o, si él quiere
verlo desde otro ángulo, de un exceso de demanda”, explicó.
“Aparte de enumerar sus fulanos 14 motores – cuya
potencia, en este caso, no se mide en caballos sino en burros de fuerza
– no hizo absolutamente nada. Más bien anunció menos oferta, porque
dijo que íbamos a exportar, con lo cual quedarán menos productos en el
mercado interno”, añadió.
El también presidente de la firma de consultoría
financiera Faraco & Asociados estimó que la naturaleza de la crisis
“obliga a Venezuela a producir, para lo cual hay que dictar un conjunto
de medidas de las que él no se acordó”.
Con respecto al aumento de la gasolina dijo que
al presidente hay que recordarle lo que le advertían antes los mayores a
los niños: “el que da y quita, el diablo los visita”.
“Le da a la gente un aumento salarial de 20 por
ciento y una tarjeta roja mi negra o mi negra roja, no sé bien cómo es
la cosa; y por otro lado se los quita con los mayores precios que habrá
por la devaluación de casi 50 por ciento para el dólar de alimentos y
medicinas, y por el aumento del transporte, que seguramente también
vendrá”, advirtió.
“Con esto demostró que o desconoce la situación o
simplemente le tiene miedo a la pelea. Yo creo que hay una mezcla de
ambas, porque él tiene acceso a gente que más o menos tiene idea de cómo
están las cosas”, asumió.
El economista también resaltó algo que le
“enfureció” como venezolano, no como economista. “Primero, el uso de la
vulgaridad por parte del presidente de la República. Las malas palabras
son para los botiquines, para las esquinas, para las conversaciones
íntimas. En segundo lugar me enfureció que todos los oficiales
estuvieran sentados en confortables butacas mientras que los civiles,
esos civiles que le aceptan eso a Maduro, estaban sentados en sillitas
plásticas de esas que usan en las fiestas. Estos, más que elementos
adjetivos, son una forma de humillar, en general, al ciudadano
venezolano, porque no se le debe hablar con malas palabras; y de echarle
a uno en cara la preponderancia de lo militar sobre lo civil”, expresó.
Venezuela, un socio fastidioso
Faraco también refirió que Venezuela se ha
convertido en un país “fastidiosísimo” entre los socios petroleros
porque no entiende nada de la estrategia que están aplicando otros
productores de crudo, sino que pretende “que todo el mundo baje su
producción, menos nosotros”.
“Con Arabia Saudita y Rusia a la cabeza, los
grandes productores de petróleo se negaron a bajar la producción y la
congelaron al nivel que estaba el lunes, que fue cuando lo decidieron,
lo que provocó que los precios cayeran el martes tres por ciento, y que
el miércoles la cesta OPEP repuntara unos cuantos dólares. Pero de allí
no pasan”, explicó el experto.
“Estos países tienen una lucha competitiva con
los productores ´fracking´, como Estados Unidos, y esta lucha pasa por
mantener los precios bajos el tiempo que sea necesario hasta lograr que
los segundos salgan del mercado y los primeros recuperen sus cuotas.
Estos productores ´fracking´ han comenzado a tener enormes problemas con
los bancos, que ya se están retirando del negocio porque está dando
pérdidas. Esa es la pelea que están dando países como Arabia Saudita y
Rusia y por eso es que los precios están bajos, no por obra y gracia del
Espíritu Santo o porque el comandante eterno no esté sobre la tierra. A
este factor también se suma el hecho de que la economía China se ha
ralentizado”, agregó.
“Esto es lo que debe buscar todo productor que
quiera ser competitivo, mantener sus cuotas de mercado; mientras que
Venezuela lo que quiere es que los precios suban para robárselo, como se
robaron ya buena parte de lo que entró al país entre 2003 y 2014, por
sus intereses crematísticos, por el tamaño de su cartera, no de crédito,
sino de la cartera de sus bolsillos”, concluyó el experto.
18/2/2016
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