AMENAZAS, TERROR, MIEDO Y GUERRA MEDIÁTICA REINÓ EN LAS ELECCIONES DEL PSUV PARA QUE ACUDIERAN A VOTAR LOS CONTRATADOS Y MISIONEROS DEL GOBIERNO
Rubén Sosa |
Ante una inflación de un 170%,
una escasez del 70 % y un rechazo del 80 % de la población hacia la
gestión del gobierno de Maduro, se efectuaron las elecciones internas del PSUV
en un ambiente de amenazas de despido de contratados en la administración
pública, de eliminación de las misiones si el PSUV pierde la Asamblea Nacional,
para que los decepcionados y descontentos con el gobierno acudieran a las mesas
de votación.
Pero aún con toda esta
campaña de amenazas, de terror, miedo y guerra mediática, la cúpula del
PSUV-ADCOP no pudo convencer al electorado cautivo del recuerdo sentimental
hacia Chávez, para que asistiera al circo electoral, sin llegar al 20 % del
registro de electores inscritos en el partido de gobierno, que en el comienzo
de la euforia del chavismo, tenía un registro de 7 millones 500 mil inscritos en el PSUV. La cifra más aceptable
de votantes que se pueda estimar en las elecciones internas del PSUV, y en el
mejor de los cálculos, puede aproximarse a un millón cien mil. La cifra que dio el PSUV fue abultada
mediáticamente por sus voceros para animar a sus seguidores y darse ánimo a
ellos mismos, lo que representa un
fracaso, ante el fracaso también de las elecciones internas de la MUD, lo que
significa que ni uno ni el otro bando de la polarización tiene la mayoría de
simpatizantes en la pueblo venezolano, y que por el contrario, tienen un rechazo
de un 80 % entre los venezolanos.
Por otra parte el presidente Maduro amenazaba a los empleados
públicos contratados manifestando que “sabremos quien voto y quien no voto”, agregando que ellos tienen
acceso a los listados del CNE. Es una clara evidencia del desespero que les impulsa a tomar medidas fascistas ante
la voluntad del electorado. Otras amenazas se han escuchado de la cúpula del
PSUV, por ejemplo, “Reconoceremos los resultados, pero saldremos a la calle a
impedir que se queden con la Asamblea Nacional”. Esto desdice y contradice su
discurso de defender la democracia, y es un claro llamado a la desobediencia y
al desacato a la Constitución República Bolivariana de Venezuela, lo que podría
ser calificado como una incitación al delito, hecho censurado por la CRBV y las leyes de la República. Lo
que no dice ni se atreve a insinuar ni siquiera la cúpula del PSUV, es que en
la nueva conformación de la Asamblea Nacional la diferencia y el equilibrio va
a estar en los diputados que va a tener Vanguardia Bicentenaria Republicana,
VBR, y otros partidos que no están incluidos en la MUD.
Por otra parte, consideramos
que los resultados de estas elecciones son más de lo mismo, pues los triunfadores
representan los intereses de grupos económicos del PSUV y todos responden a una
gestión caracterizada por la corrupción administrativa de funcionarios
tránsfugas y conversos que provienen de las filas de AD, COPEI y sus derivados
Primero Justicia y Voluntad Popular entre otros, y que desde 1999 hasta hace tres
años, muchos de ellos odiaron a Chávez a muerte.
RUBÉN
SOSA, CANDIDATO A LA ASAMBLEA NACIONAL Y SECRETARIO GENERAL DE VBR EN EL ESTADO TRUJILLO.
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