EL CORONEL SÍ TIENE QUIEN LE ESCRIBA.
Por: Manuel Machillanda Varela.
El título de este artículo, que sirve
más como una Carta Abierta al Jefe de la Rama Ejecutiva del Poder Público
Nacional de Venezuela, Nicolás Maduro, aunque se asemeja a aquél de la corta
novela del célebre Gabriel García Márquez, no tiene nada que ver ni con un
hombre moribundo que ha perdido a su hijo, ni con un gallo, ni con la pensión
de un viejo veterano de guerra.
Por el contrario, estas líneas las
escribe el hijo de un Coronel, que es Doctorado por una de las mejores
universidades del país, que es padre, que es profesor, que es esposo, que es
ciudadano y que no necesita de su pensión, pero no por ladrón ni truhán, sino
porque desde los 8 años tuvo que salir a trabajar en aquella Venezuela de los
50, para ayudar a mis abuelos a mantener a sus hermanos.
José Heriberto Machillanda Pinto, señor
Maduro, nació en Ocumare del Tuy el 5 de Mayo de 1941, se trasladó a Caracas
cuando mis abuelos entendieron que en aquella Venezuela —aún rural— sus hijos
tendrían menos oportunidades de progresar quedándose en esos valles. Una vez
instalado en Sarría comienza a convertirse en citadino y a los pocos años
gracias al trabajo de carpintería del “viejo Olivo” —mi abuelo— se mudan a la
Candelaria, al callejón Barrilito.
Asiste becado mi padre al Colegio Los
Salesianos de La Candelaria y posteriormente culmina su bachillerato en el
Liceo Urdaneta para a sus 17 años ingresar a la Academia Militar, que dicho sea
de paso NO es ni será la Cuna de la Revolución Bolivariana como algún irresponsable
quisiera ahora señalar.
Graduado de sub-teniente lo envían a
combatir la guerrilla en el frente del Tocuyo al occidente del país y luego a
San Mateo. Gracias a esfuerzos y a mucha sangre de compañeros, superiores y
subalternos el Ejército y la Fuerza Armada logran derrotar la Guerrilla Castro-
Comunista presente en Venezuela en los años 60. Mi padre es Condecorado por el
Presidente Raúl Leoni y ascendido como Capitán de la República y sigue su
carrera hasta llegar al honroso rango de Coronel del Ejército de Venezuela en
1984.
Es allí Sr. Maduro, cuando cumpliendo
órdenes del Comando General del Ejército mi padre es enviado a la Universidad
Simón Bolívar y se gradúa con honores en la Maestría en Ciencias Políticas,
siendo su tesis de grado Mención: Publicable y edita el primero de sus cinco
libros: PODER POLÍTICO Y PODER MILITAR EN VENEZUELA en 1987. Lo que debió ser
orgullo para el Componente Militar resultó más bien en escándalo, —debido a los
señalamientos del ahora autor—, a la inconveniente relación que sostienen la
Cúpula Militar y los Partidos Políticos. En ese momento comienza mi padre a
hacerse Cientista Político y a desprenderse de la institución que le formó,
pero que ahora le castigaba por su éxito intelectual.
Gracias al Plan Gran Mariscal de
Ayacucho mi padre es capaz de vivir en los Estados Unidos para comenzar a
desarrollar en la Universidad de Pittsburgh, Pennsylvania la que sería su línea
de investigación hasta hoy: el estudio de las Relaciones Civiles Militares.
En el año 2000 funge como Profesor
Invitado en la Universidad de Cambridge Faculty of History Simon Bolivar Chair
del Reino Unido para que continúe su investigación. Permanece allí un lapso de
dos años y regresa a Venezuela para obtener su título de Doctor en Ciencia
Política de la Universidad Simón Bolívar en 2003.
Mi padre, Sr. Presidente no nació en
cuna de oro. Mi padre Sr. Presidente nació humilde y llegó a ser Profesor de
una de las mejores Universidades del mundo porque la Democracia que algunos
acéfalos hoy denominan la “Cuarta República” brindó oportunidades para que con
dignidad, esfuerzo y disciplina los Venezolanos de bien crecieran, se
desarrollaran.
Mi Padre, Sr. Maduro, fue maestro del
Ex Presidente Chávez, de su Gobernador del Zulia Francisco Arias Cárdenas, de
su Gobernador del Táchira José Gregorio Vielma Mora, de su Ministro de
Relaciones Exteriores Elías Jaua y de al menos 3500 venezolanos más que sí
prestaron atención en clases y que hoy de seguro no forman parte ni de su
gabinete, ni de sus gobernadores.
El Coronel José Heriberto Machillanda
Pinto, padre, profesor, ciudadano, esposo, Magíster, Doctor y sobre todo
Venezolano, a sus 73 años no es ningún viejo como Usted pretende maltratarlo
empleando el Castellano con adjetivos calificativos, a sus 73 años asumió el
allanamiento —por Usted ordenado y por el SEBIN ejecutado— de su residencia y
de su oficina, a sus 73 años sigue dando el ejemplo al levantarse a las 5:00
a.m. no por el tráfico, sino por el sentido del deber con su familia y con la
patria que le dio todo.
Yo, a mis 33 años Sr. Presidente tengo
mejores recuerdos de la Venezuela en que nací a la Venezuela que veo hoy, pero
gracias al Coronel que Usted pretendió maltratar logro entender que la
Venezuela que viene después de Usted será mejor, porque hay millones más como
“el coronel”, como “el viejo”, y hoy Usted lo vio —mientras se allanaba su casa
y su oficina— y los seguirá viendo en las Calles de Venezuela, inclusive cuando
la historia le juzgue y lo coloque donde Usted lo merece, porque aun allí los
va a seguir viendo.
No me quiero despedir sin hacerle
mención de mi madre. Mujer Larense, Guara, severa, valiente como lo es la mujer
venezolana que no se relaja ni por el poder ni por el dinero. A mis 2 hermanos
y a mis 2 hermanas que son expresión de los líderes emergentes venezolanos que
no se rinden y que honran al país con su trabajo.
Sepa Usted individuo que
transitoriamente detenta la Jefatura de la Rama Ejecutiva del Poder Público
Nacional, que los Venezolanos de bien se respetan, que no admitimos
envalentonados con armas que nos pisoteen y que le conminamos a que antes de
perseguir e intentar amedrentar a los ciudadanos de este país que sí aportan al
progreso, se ocupe de una vez por todas de dar respuesta a la crisis económica,
a la inseguridad, al desempleo, al desabastecimiento y al resentimiento social
que no son producto de la “Cuarta República” , sino que son los verdaderos
hijos de Chávez.
Que Dios le ilumine a Usted Sr. Maduro.
Manuel Machillanda Varela
Venezolano
REMISIÓN:
[Informador Militar] Declaración
de un hijo en defensa de su padre. /
350Para bellum <350richard>
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