PROF. LUIS SOTO PIRELA
PROF. UNIVERSITARIO JUBILADO
E
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scuchando a
Nicolás Maduro decir que tenemos una extensa matrícula universitaria para
justificar la inversión que el gobierno hace en ese sector y negar su
incremento, recuerdo hace pocos días salió en los medios de comunicación que de
las primeras 20 universidades latinoamericanas no aparece ninguna universidad
venezolana, siguiendo esta aseveración de Nicolás Maduro estamos frente al
sacrificio de la calidad por la cantidad, el gobierno se ha empeñado en llamar
universidad a cualquier “academia”, la universidad se sostiene y se justifica
en el trípode conformado por la investigación, la extensión y la docencia, las
“academias bolivarianas” gradúan médicos y abogados en dos y tres años,
licenciados en diversas carreras en dos años, policías, investigadores,
bomberos, militares y otros en “academias” que llaman universidad, ninguna de
ellas tiene autonomía, libertad de pensamiento, carácter democrático muy pocas tienen extensión y la investigación
brilla por su ausencia, solo la docencia es su actividad fundamental y habría
que revisar las credenciales de muchos docentes que imparten conocimientos en
esas instituciones.
La UCV, ULA y
LUZ son el vivo ejemplo del deterioro por falta de atención del gobierno
bolivariano, esas instituciones han sido
olvidadas en cuanto a la asignación de los recursos económicos y han
sido atacadas despiadadamente desde la Presidencia de la República, en actos
públicos y en la televisión oficial, por ende; los ministros no han hecho otra
cosa que seguir los designios de quien nos preside. Los Institutos y Colegios Universitarios que
producían técnicos superiores con posibilidades de incorporarse al campo de
trabajo y a la vez seguir estudios en la universidad, se empeñaron en
convertirlos en universidades tecnológicas sin tener la dotación y el
componente curricular docente, se improvisó en cuanto a la preparación
curricular tanto del contenido programático como del docente a utilizar, de sus
egresados veremos el comportamiento en el campo de trabajo. De los colegas que
trabajaron en todo ese ajuste académico para pasar a universidad, no niego que
hayan tenido la mejor disposición de hacer el trabajo, pero fueron
seleccionados por ser afectos al gobierno a espaldas de otros con muchas
credenciales y eso tiende a descalificarlos.
En conclusión,
teníamos unos Institutos y Colegios Universitarios de primera y por capricho y
empeño de quienes nos gobiernan, los convirtieron en universidades de segunda.
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