Alejandro Fuenmayor
L
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a autenticidad de la grabación de
Mario Silva, para mi no está en duda; tuve la oportunidad de escucharla completa
y en sonido limpio e indiscutiblemente que esa voz, sus giros y expresiones es
inconfundible. Lo que a mi realmente me inquieta es la intención de quien la
filtró a la oposición.
En el documento, me llamaron la
atención estas cosas: 1) El interlocutor de Silva (a quien el identifica como
Palacios), se escucha con voz ininteligible y en lo poco que se entiende, no
emite ninguna opinión comprometedora. 2) Toda la carga de quejas, acusaciones o
confesiones tiene el objetivo claro de desvelar la corrupción y el saboteo al
gobierno de Diosdado Cabello. 3) Diosdado luce allí, según Silva, como el
hombre más poderoso del país y el enemigo a vencer.4) Expresa implícita y
explícitamente, que duda del carácter y la capacidad de liderazgo de Nicolás
Maduro; solo le concede, el hecho de tener la buena intención de hacerlo
bien 5) Refleja la fragilidad del control
del régimen sobre la Fuerza Armada. 6) Manifiesta dudar de los resultados del
CNE. 7) Confiesa que duda que la devaluación la autorizara el finado presidente
(como hizo ver Maduro en el momento de hacerla). 8) Afirma que el
vicepresidente Arreaza es un sapo y su familia pertenece al grupo de “los
vampiros.” 9) Que los dólares se los robaron a través de empresas “de maletín”
entre Diosdado y su grupo con la anuencia de Barroso.10) Relata haber cometido
un asesinato en días recientes, cuando lo quisieron atacar, al bajar a
Venezolana de Televisión (¿Quién lo quería matar?)
Ahora, retomo el sentido del
artículo, ¿a quien le interesaba dar a conocer esta conversación? Yo tengo tres
hipótesis: 1) la filtró el mismo Silva, porque como relata en los 50 minutos de
audio, temía que lo mataran “porque sabía demasiada mierda…” y es allí que
confiesa que el general Molero (Ministro de Defensa) le ha suministrado más fusiles
y de paso narra el incidente donde mataron a unos atacantes. Insisto en la
pregunta: ¿Quién lo quiere matar? Obviamente, que el no piensa en nadie de la
oposición, pues ya hubiera hecho un show mediático y estuvieran acusados y
presos, por lo menos media docena de políticos que adversan al régimen. Es aquí
donde lanzo mi primera hipótesis: el piensa que lo quiere matar Diosdado y por
eso corre hacia delante, soltando la grabación para poner en evidencia al
presidente de la AN; ¿para impedir que lo elimine físicamente, como Silva
piensa? Segunda hipótesis: El G2 cubano lo soltó, para en una jugada audaz
salir de Diosdado, que parece ser piedra en el zapato, para el total control
político, militar y económico de los Castro en Venezuela. En este caso sacrificarían
de una vez a un hombre peligroso por su lengua suelta y que ya habría acumulado
mucho poder, para su capacidad mental y su integridad emocional, aparentemente
ya resquebrajada; como el mismo lo confiesa en el audio: “estoy deprimido”. A
favor de esta hípótesis, colaboran los antecedentes del régimen de La Habana
con el fusilamiento del general Ochoa en los años 90 y el rumor de que Fidel
dio “el chivatazo” en relación a la ubicación del Che Guevara en Bolivia, donde
lo captura y mata el ejército boliviano. Y la tercera hipótesis, fue de mutuo
acuerdo entre los cubanos y Mario Silva, dar a conocer una grabación con
perfecto sonido digital, para apostar por esa vía, a la quema política de
Diosdado Cabello y hacerse el grupo cubano del poder absoluto en Venezuela.
La verdad del “chivatazo” o la
intención de la filtración la conocen bien Henrique Capriles, Ismael García,
Julio Borges y un pequeño grupo más, y lo más probable es que nunca digan nada,
pues debe haber sido parte del convenio de entrega. Por mi parte, estaré atento
a lo que revele Rafael Poleo, porque pienso que su fama de agente o ex-agente
de la CIA, no se la ganó en vano.
Creo que nos quedan claras dos
cosas: el caso beneficia a la oposición porque divide al régimen, sobre todo en
una parte medular como lo son las Fuerzas Armadas; y lo segundo, que como dice
el dicho “el enemigo de tu enemigo es tu amigo”. Sin duda, que Diosdado Cabello
(ladrón y todo como lo describe Silva), es nuestro único escudo real en este
momento, ante la “bota de los Castro” sobre Venezuela. Por allí, ya se anuncia
la segunda entrega de grabaciones. Esperemosla.
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