Por Omar Barboza Gutiérrez /
Presidente nacional de UNT
Nadie sabe qué se ha hecho con el
ingreso petrolero, porque además de endeudarnos la infraestructura del país se
está cayendo
Lunes, 20 Agosto 2012
En una campaña presidencial en donde uno de los
aspirantes ejerce la Presidencia de la República, los electores para definir su
voto empiezan por evaluar los resultados de la gestión de quien ejerce la
Presidencia, para saber si merece la ratificación en el cargo o si debe ser
sustituido. Para ello debemos analizar su actuación en materias fundamentales.
En cuanto a las finanzas públicas, nos encontramos
con el hecho de que a pesar de haberse mantenido el precio del barril de
petróleo sobre los 100 dólares durante la presente gestión, destacamos que para
finales de 1998, o sea antes de iniciarse la gestión de Chávez, la deuda
pública total, directa e indirecta, de la República era de 27 mil 805 millones
de dólares, 23 mil 317 de la externa y cuatro mil 489 de la interna, en
contraste con el hecho de que la deuda total de la República contabilizada para
la fecha actual es de 180 mil millones de dólares, sin incorporar pasivos no
contabilizados como: los laborales, las deudas con contratistas y proveedores
de PDVSA, las expropiaciones no pagadas, entre otros conceptos. Nadie se
explica en Venezuela cómo es posible que estemos regalando nuestros recursos a
otros países mientras nos endeudamos en las proporciones que lo hemos hecho,
con el agravante de que por primera vez en la historia del país comprometemos
la producción futura de petróleo para lograr préstamos, como en el caso del
negocio con los chinos.
Nadie sabe qué se ha hecho con el ingreso
petrolero, porque además de endeudarnos, la infraestructura del país se está
cayendo. Y por otra parte, los únicos beneficiarios de los dólares
petroleros son los productores de bienes en el exterior, dado que el 70 por
ciento de lo que comemos es importado, beneficiando así a los productores
extranjeros y destruyendo la producción nacional, con la consecuencia inmediata
del alto costo de la vida y la destrucción de fuentes de empleos estables y
bien remunerados.
La inseguridad personal, el alto costo de la vida,
la escasez de alimentos y los apagones completan las razones por las que el
pueblo decidió que Chávez sea el Presidente saliente.
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