Arnulfo
Poyer Márquez
No existe para el Presidente, peores
enemigos que los cuervos que ha criado. Nacidos del vientre del proceso que
abandera, llega el momento de echar vuelo propio, léase, salir cuanto antes de
él, pese a las “rojas” opiniones y uniformes de obediencia que le profesen. Estos
cuervos que acuna el ¿proceso?, algunos los tildan de “Reformistas”, otros, los
más contumaces, de “traidores aprovechadores” chavistas, un poder que se
encumbra enriqueciendo más a los oligarcas de status, como a los golosos
incipientes en esta piñata de divisas sobrantes, causada por el aumento del
crudo en la crisis del Medio Oriente.
El Presidente es el primero que cree
en las bondades del crudo para hacer de nuestro país una potencia soñada.
Aferrado a la idea, las inversiones en lo social no se han hecho esperar y la
avalancha llegó sin que un aire contralor se respirara en este país
acostumbrado a pedir, no a hacer, menos aún, a crear con sufrimiento. Y así ha
continuado en los hechos hoy día. A esta hora de excedencias petroleras, no hay
peor enemigo para estos “reformistas” que la autogestión y la auto
sustentabilidad, huelga decir la contraloría para lo prácticamente “regalado”.
Es por ello que lo denominado Revolución se aleja cada vez más del horizonte y
esto que llamamos transición, camina más hacia la noche profunda que a la
madrugada. O por lo menos, va en dirección de otra madrugada, no para la
pregonada.
El jet-lag pesa cada día sobre las
ansias de despertar que un día animó arrostrar los males pasados. Nuestra
sociedad es hoy más dependiente del estado porque es lo que espera de las
rentas petroleras, que otro trabaje por el favorecido y para el favorecido. Si en
este país no hay tal o cual mercancía, un telefonazo y se la busca, para eso
hay real. Entretanto, la creatividad se diluye en la buhonería de primera,
segunda… quinta clase, pues tan buhoneros son los que pululan boutiques de
grandes malls, como los que extienden su paranoica bolsa negra llena de
gorritos en cualquier esquina.
La supuesta creatividad política
está dedicada en arrinconar a una oposición con la que juega a placer como gato
con serpiente a quien no quiere aniquilar por ser un divertimento-circo para su
mediáticos seguidores. No observa el gato que él es el divertimento, pues esa
oposición es un señuelo allí presente para evitar cualquier proceso creativo
que se le ocurra al gato, distraerlo con sus peligrosos colmillos, para que el
tiempo vuelque a los adeptos a favor del malévolo ofidio.
La autogestión es la magnitud que
mide la independencia de una sociedad. Mientras menos necesite para su andar en
este mundo, ella es más feliz. Una sociedad Hopi, Lapona o Eskimo, es más
feliz, y por lo tanto, más libre, que las comunidades neoyorquina o caraqueña por
ejemplo. Cada conformador de aquellas está más supeditado a su hacer personal,
colectivo y universo propios, que estos últimos, porque estas comunidades son ejemplos
de interconexiones dependientes y seculares de la esclavitud y sus trágicos
devenires. Los hilos monetarios y cambiarios han bloqueado las capacidades para
el regreso a la libertad. Esa libertad la ven sólo en la capacidad líquida
ofrecida por la moneda (entiéndase la metáfora) y todo el enrejado alienante
que arrastra, confundido como “universo de libertad”. La misma que limita todas
las influencias creativas para un desarrollo integral y suelto que sus hijos
piden a gritos, que no, los lapones, eskimos o hopis.
Luego, hay que bloquear esas
propiedades nefastas de la moneda para ir por otra interrelación humana,
empezando por las que cubren las necesidades más elementales donde más tiene
cerrado el grillete la dependencia: las necesidades alimentarias, y con un
propósito bien formulado, los pasos bien elegidos, las alimentarias cubren a
las necesidades sanitarias, pues un pueblo bien alimentado es un pueblo sano;
no hablo de maquillajes y arabescos, hablo de asunto de estado, un ministerio
en lo posible, goteros pedagógicos que se aborden desde el preescolar a las oficinas,
que tome los barrios, viveros escolares; siembras coordinadas de jardines y
huertas verticales, viveros en azoteas y terrazas; la verdadera relación ser
humano-tierra. Estas ideas son risibles para esa burocracia “reformista” que
espera todo de las divisas petroleras, que abordan a nuestros paisanos con las
mismas fórmulas del capital, pero con nuevos dueños, totalmente divorciadas del
suelo que pisan. Arrebatarles el suelo a los agrotóxicos, pues se trata de no
ver más Guaires, en el país ahora que tantas políticas agrícolas los están
infestando de “guairocomas”… y hablo de ese río que para el 2005 se prometió
tenerlo con aguas límpidas para el bicentenario, promesa hecha por los mismos
personeros que hoy administran a Caracas, eso sí es risible.
Poder al pueblo significa enseñarle
otras alternativas para la construcción que no sean las tradicionales
establecidas que sólo benefician a la rosca multimillonaria de la construcción;
traer especialistas de eco-adobe, superadobe, eliminar de raíz la visión
limitada rectangular por la media esfera, más semejante al universo que nos
cobija. No emplear esas virtuosas alternativas en dos casas de mil que se
construyan, o en un invisible consejo comunal, no, hablo de propagandearlo en
televisión, que se vea la nueva maduración y vía al problema de la vivienda. Al
eliminar gran parte de los pobladores de los cerros, la parte que resta que
auto-construya sus hogares con las bondades que ahorran 90% del cemento
convencional, 80% a 100% de madera, y con los terrenos que queden, enseñarles a
sembrar en terrazas o andenes, tal cual nuestros ancestros andinos, de manera
que lo imprescindible en medicina y alimentación lo tienen a la mano, en
nuestras propias ciudades.
Auto sustentabilidad es invertir con
los fondos petroleros en grandes fábricas de paneles solares de manera que los
hogares no dependan de la hidroelectricidad; otras comunidades podrían tener
crías y pastoreos, así como las que sean desplazadas, trabajar en la misma
autonomía alimentaria, según los suelos que ocupen. Si de la capacidad
automotriz hablamos, este país podría ser vanguardia en convenios con India por
ejemplo que acaba de sacar al mercado los vehículos a aire comprimido (Tata)
¿por qué no establecer plantas de estos vehículos, así como fomentar lo más que
se pueda en el ingenio para otras energías alternativas?
Y por supuesto, la corrupción, no es
posible que el flagelo sea visto en la banca opositora cuando existen consejos
comunales con recursos bajados dos y tres veces sin verse una sombra de sus
inversiones, Fundos Zamoranos que no son vigilados con propietarios que rozan a
ser los nuevos latifundistas. No puede llamarse revolución a un estado que vive
de un pueblo cliente de sus regalos, colaborando a mayor dependencia de sus
seguidores.
Ensayar desde ya, con ciudades que
el estado esté creando y salir de la modorra dizque política, de encuestas que
lo que demuestran es una inercia, perdón un retraso al amanecer que pregona, y
dejar de hablar de los millones de barriles que puede ofrecer a diario; en fin,
empezar a revolucionar este mundo, y con su ejemplo, al entero que nos avista.
Este planeta no aguanta los 300 años de subsuelo petrolero, con 50 bastan para
que todo desaparezca, especie humana incluida, especie humana irresponsable incluida.
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