¿Se encuentra Venezuela a las puertas de un estallido social sin precedentes en su historia?


 
Prensa/ECDS FM/22-97-2018.- De la chispa nace la hoguera, dicen. La crisis general parece no tener fin, por lo menos por ahora.   Y es que no lo tendrá mientras Venezuela siga bajo el yugo de la autodenominada “revolución bolivariana”, y con la conducción de Nicolás Maduro. Muestra de ello es que justo al cumplirse dos meses de su reelección y su “victoria” en las elecciones presidenciales del 20 de mayo, la nación está convulsa con protestas por falta de agua, efectivo, transporte, electricidad, comida y bajos salarios. Y las protestas son espontáneas y no producto de la dirección de algún partido político. Ese es el dato central. Ha comenzado a desatarse un paro de facto que podría eventualmente conducir -esto lo han señalado a lo interno de lo que queda de la MUD- a un estallido social.
Nada más este jueves se produjeron -solo en Caracas- más de ocho protestas simultáneas: trabajadores de la Cantv; trabajadores del Ivic; docentes de la Alcaldía de Sucre; pensionados (a nivel nacional); vecinos de distintos sectores por escasez de agua;  jóvenes por transporte Chacao; Cañicultores  en la avenida Urdaneta  y personal médico del Hospital de El Algodonal. Mientras tanto, el Ejecutivo nacional ha ignorado la mayoría de estas manifestaciones y solo se enfocó durante un acto de grado de médicos integrales en revisar sus salarios. El país ha estado convulsionado estos días. Y es un alerta para el régimen. De allí que las voces críticas del Psuv comiencen a exigir abiertamente un rectificación del modelo. Y proponen a Diosdado Cabello como timonel de ese cambio a través de la espuria ANC. Y a lo interno de la Fuerza Armada no se sabe a ciencia cierta qué ocurre, pero en los cuarteles las cosas tampoco andan nada bien, según ha señalado Rocío Sanmiguel, experta en asuntos militares.
Las protestas en este segundo período del año no mermarán. Y es que solo en el primer trimestre de 2018 hubo 5315 protestas, equivalente a un promedio de 30 diarias. El Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS) reveló que  se registró un aumento de 8% en comparación al primer semestre de 2017 y que junio fue el mes con mayor índice de protestas. La mayoría de las manifestaciones, cerca del 84%,  se caracterizó por la exigencia de derechos económicos, sociales, culturales y ambientales. Las consecuencias fueron 12 muertos en protestas por alimentos y servicios básicos. 
Pero este es el resultado de políticas económicas erradas, que  han desatado la mayor corrupción vista en la República, y ahogando al país en una hiperinflación que llegó a 128,4% el mes de junio, superando en 18 puntos la del mes de mayo y la acumulada en 4.684,3%, según datos estimados por la Asamblea Nacional (AN), generando una crisis general con una  que limita el acceso a alimentos, medicinas y demás productos básicos.
En el seno de la Mesa de la Unidad Democrática aún se preguntan cómo es que pese a este terrible escenario en el país no se ha producido un estallido. Se lo preguntan sus dirigentes en privado. Y advierten que esto es una bomba de tiempo que se sabe cómo puede comenzar, pero se desconoce cómo termina y a qué conduce. Nadie quiere estallido ni un golpe de Estado. Pero los procesos sociales tienden a ser impredecibles cuando se le añade el factor de la crisis económica. Y de eso último es lo que le sobra al país.

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