El arte del soñador



Entremeses de un diálogo

Por Régulo José Santos

B
oceto entre palabras efusivas un mensaje con destino  sin tapujos, asechanzas ni lenguaradas de ningún índole menos granujas displicentes, tampoco inferir contumelias; en fin, complementar fisuras en tonos escalenos con adhesión a lo filántropo.
¡Mi arte no se basa en la argucia!
Cruenta frugal sea para quien converge la fruslería, cuantioso arrebato induce el frontispicio galvano, arbusto fútil que genera garùa en lapso tunante.
¡Qué gazapo he adocenado!
La barbarie se refugia en lo andrajo y adversa la bizarro,  el extravagante azuza la destemplanza.
Donde imbuir el entremés satírico que concibe la miscelánea ante  el embrollo silente, soslayo cualquier ramplón que degrade la rambla.
¿Cuál sincope señala al sopetón?
Ungido con vesania soez tramo la escoleta rancia rastreando las hendijas rítmicas alojadas tras el acoso fastuoso  acerado por la turbina casta que orienta mi espátula viajera.
 Cubierto con vestimenta labrada de colcha sutil,  parodio con la ninfa sentimental compañera de destino en luchas, victorias y sin sabores.
Deslizo la pantufla al avance trementino sobre el epicentro onomástico, desistí del orfeón querelloso reciclando la nimiedad,  arguye el caracoleo ensayista en son moderato para invocar a la pitonisa que mistura la fisonomía airosa.
http://prosaenverso.wordpress.com/

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