Concertinos de un diálogo

RÈGULO JOSÈ SANTOS

Bajo el arco crepuscular de la ciudad portátil se oye el ritmo del oboe armonizando a golpe de tamboreo – cataplín  cataplín – será el negro zambo que empezó a cantar al compás chimeneao.

Baila mi negra bella este pregón birimbao meneando la cintura con dantesco sazón, el celaje pastoril se enardece  contra los troncales de neblinas; mientras, las lechuzas rumen gangosas por la pijama leve del cartelón.

Que interesa si de pronto se avecina el sol emergiendo al desgaire con huellas de hielo igual aún calamar.

¿A quién se aderezo la vitrola de shinola ante el totumo popular del betún?

 Más allá de la plusvalía se localiza el arbusto consecuente en la palabra explicita del hombre que zarpo hacia el follaje cuitoso, arroyuelo raudo sobre los columpios de aljófar a sendero de nácar en tonos aromados.

¡Viva el Folclore típico

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