INVASIÓN CASTRISTA



Por ISAÍAS ANTONIO MÁRQUEZ DÍAZ

S
e cumplen hoy, 47 años del arribo de un comando de mercenarios cubanos y venezolanos por  Machurucuto, el 8 de mayo de 1967, con armas rusas AK-47 cal  7,62 mm y unas cien cacerinas, quienes recalan en playas de Barlovento, al este mirandino. Maquinación que pudiera estimarse como fase crucial del  castrismo, a objeto de ocupar toda Suramérica, raleando la causa democrática, mediante un gobierno de facto. Y, arrogarse nuestras riquezas, en aras de la guerra fría, la cual expira en 1991, hasta que en 1999, Hugo Chávez, bajo el sofisma de la revolución bolivariana, asume el poder, cuyo ejercicio grotesco vulnera, obviamente, la soberanía nacional.

   Toman la ofensiva contra tropas institucionales. Actúan cuatro milicianos cubanos y ocho facciosos nacionales, pérfidos, vendidos a Cuba,  liderados por un tal comandante “Fausto”, quien hoy ocupa cargo importante en la UNASUR, creada a instancias de los Castro. Chocan contra unos 300 efectivos de las FAN y el destructor Aragua  D-21,  ya que se presumía un contraataque nocturno. Pero, gracias a la osadía y pericia de nuestras fuerzas castrenses, mueren los felones criollos y apresan a dos cubanos; hay un occiso por inmersión; otro,  a la huida y una fuga. Así, la avidez castrista queda pausada, por lo pronto. Sin embargo, ya habían otros focos rebeldes, ingresados por costas falconianas y ubicados al umbral andino, en los Humocaro (Alto y Bajo), municipio Morán, estado Lara, además de Yaracuy, Portuguesa, Barinas, Apure, Mérida, oriente, DF y Miranda. Pues, se les facilita, la delincuencia organizada, a objeto de enfrentar a la democracia. También, daños a transnacionales, transporte, banca y universidades.

 Este grupo, quizá apoyado por cierta nave matriz rusa, fue visto por pescadores,  quienes avisan a la GN.

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