EL ARTE DEL SOÑADOR



Tradiciones de un diálogo

Règulo Josè Santos E/C
http://prosaenverso.wordpress.com/

Trujillo

¡
Qué formidable es traer a colación las auténticas costumbres del pueblo venezolano enraizadas por las regiones, diferentes municipios, poblaciones, caseríos, poblados, comarcas, entre otros. Así mismo, aupar en algo criollo los maravillosos festones que acaecen en los espacios públicos específicamente a horario citadino. Además oír el alborozante bullicio del complejo vecinal reunidos jugando bingo de forma fogosa aunada al matiz altruista.
Divisar desde lo más retozante de la colmena jacarandosa al compae y la ñoa entretenidos en un juego de ajedrez embojotados al sombrío lúdico. Hospedar las retentivas del ayer que aún avivan en nuestra localidad ¡Ah ño pa” embustero! ¿Quién no jugó trompo, pisé o metras? Era un infante de verdad no sè que edad tenía cuando jugué por primera vez la perinola, el monopolio, damas chinas y volé en son de disfrute el papagayo.
Además jugar a las cartas: ajiley, la burra, guerra entre otros ¿Y cuál es la jerga populosa? Festejar en armonía con los allegados, vecinos y familiares las costumbres, tradiciones, folklores, arte y expresiones populares que estampan la cultura del pueblo ¡La cultura unifica a los pueblos! Recrearse jugando un partido de dominó al son musical del merecumbé o al compás sandunguero apostando morocotas, chocolates, caramelos ¡Claro! Acompañados armoniosamente con la catira bien fría, ¡Y que suene el bombardino!
Celebrar por todo lo alto el palo encebado bailando hasta que el cuerpo aguante en fecha carnestolendas con los Diablos de Yare, al ritmo del tambor de los chimbanqueles de San Benito, gozar en compañía de los tamunangues, entrelazar la cinta del Sebucán con la burriquita de Joselo, “na guará” el pájaro Guarandol, la cabra mocha, el violín de Canela, el Maremare de los indios, la Culebra oriental, el Caballito, al sincopa del arpa, cuatro y maracas, escuchando a los golperos del llano, la bandola típica, la sampolla de los Andes, la mandolina campestre, el acordeón de Santos y sus vallenatos trazando pinceladas humedecidas con tonos claroscuros al estilo hiperrealista ¡Entornar los cantares de hermandad y sin fronteras!
Caminar los caminos paisajísticos de Venezuela paseando gustosamente por el Guaraira Repano en Caracas, invocar a la diosa Icaque, Natura, a la india María Lionza, al negro Felipe, al indio Guaicapuro, al cacique de las tres potencias. Recabando el ámbito místico de la Virgen del Coromoto en el estado Guanare, a la Divina Postora en el estado Lara, a la Virgen de la Chiquinquirá en Maracaibo “pa que voz veáis” Virgen de San José en Maracay, Virgen del Valle en la Isla de Margarita “la perla de oro” la virgen de la Paz en la región trujillana, virgen de Betania en Charallave estado Aragua, la virgen del Rosario en Cabimas estado Zulia, al venerable médico de los pobres Dr. José Gregorio Hernández ubicado en la población de Isnotú estado Trujillo. Visitar la cueva del Guácharo en el estado Monagas, los Aleros, la Venezuela de Antier, Jají, el Observatorio, Cachopo, las Porqueras, los Chorros de Milla, plaza Las Heroínas, la laguna de Mucubají, estatua de la Loca Luz Caraballo fascinado con el clima frío de páramo en el estado Mérida, caminar muy faramallero entre los caminos que reseñan los atractivos turísticos, lugares heroicos, artesanales y gastronómicos que conforman los paisajes del estado venezolano haciendo turismo con América bella por Venezuela, recordar que procedemos de raíces indígenas, ellos son parte esencial de nuestra cultura ¡Venezuela somos todos! Congeniamos con un solo idioma universal realzando la bandera de la paz, amor y libertad.



Diálogo maternal

Règulo Josè Santos E/C
poesiaenprosa@hotmail.es
www.versoenprosa-poemaenprosa.blogspot.com

Trujillo

A
hí se cimbrea la heredad cundida, lumbre de alborozo y congoja, festival encadenado del cimiento en una matriz materna ceñida.
Y este es el cultivo danzón como estampa a la arteria, miel al pan candente galanura del ser espiral en silente; voy con el pincel y la espátula cromática hacia la hacedora de ideas pictóricas, quien en su mesurado desvelo atiza el desván tras lo graneado.
La dócil emprendedora surtida de ensoñación que con brebaje saureano devaneo las mieses en el dorsal.


Arengas de un diálogo

Règulo Josè Santos E/C
 http://versoenprosa.wordpress.com/

Trujillo

L
a oferencia filosófica igualmente como el arte oficioso nos conlleva a articular ideales y componer, escudriñar por nimiedad con dantescos estados anímicos que afloran desde un ósculo secuaz place en uno. La elegía como ademán del ser floreciente proscribe un hado, nacen las profecías que atribulan el aura, surge modestamente la simbiosis ritual denominada verso en prosa cual se sustenta de la nada tenue esa delicadez, pétalos de crisol que configura e hiere hasta calcinar la visión lírica, profusa desde los desmanes que aposentan lo melancólico: del instituto soñador, cuya expresión connota un dilema existencial. La poesía aduce la brillantez del verbo hecho hombre y mujer coruscado a través de la praxis mitológica, el poeta celebra jocundamente con sencillez los éxitos provistos en la vida y conforta la esperanza de avizorar escenarios novedosos. La prosa al igual que la poesía suele exteriorizar un recurso fortuito para enfatizar el diálogo propulsor de entendimiento mutuo cual fluye en los tabloides oníricos, gravita el contorno del subconsciente cobrando fortaleza hasta el tomillo que prevé su obtención. Así se interpretan las tertulias fragantes tras la palabra poética ¡Cuán agraciada y aliciente majadería! Alegar predicciones a la imaginación, al genio de conjugar tiempos y metáforas oficiante al menester del hacedor de ideas, el poema es un epicentro de partida acicalando mundos inauditos arguyentes que moran bajo el matiz claroscuro y la contraluz, situados y vagüantes por ese conducto inasequible que exenta la sombra tejida en materia. Será la poesía una hurgación de hechos lustres, hollados indelebles, saparapandas autóctonas e imágenes silentes, aforado entre un trance glamuroso adujo evidente que la poesía en prosa congenia con el humano y le signa un destino.

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