¿CON QUIEN CONTAMOS?



EVARISTO CRUZ
Sindicalista, Ex Presidente del S.O.E.P – Cabimas

H
abía decidido no volver a utilizar la prensa escrita en la que tenga que emitir opiniones que pudieran comprometer el periódico que la publique, no es mi intención que alguien se involucre en mi manera de pensar; pero es que me voy a reventar por dentro si no digo algunas cosas en las que creo y que están a la vista.
El país se está revolcando en una situación política que, a pesar de que todo el mundo la está viviendo, parece que nadie quiere darse por enterado pensando en que todo cuanto acontece alguien tiene que resolverlo, sin señalar a quien o a quienes les corresponde hacerlo.  Todos los medios de comunicación informan la cantidad de hombres y mujeres, que diariamente mueren como consecuencia de la violencia desatada en el país desde hace algún tiempo. Ya no son las grandes ciudades de Venezuela donde se observa la pérdida de vida; de gente joven especialmente, que constituye el futuro de nuestro país, sino que la provincia adentro se está desangrando por causa de que no hay autoridad capaz de ponerle cese a esta situación que ya se hace insoportable.  A veces llego a suponer que es precisamente esa autoridad  la que propicia tanta inseguridad, aunque debe haber algún organismo o entidad que investigue determine cuales son los orígenes y las causas que hacen posible tal situación.
La Constitución de Venezuela es clara cuando dice: ”que todos debemos velar por que la misma sea cumplida en todas sus partes”; sin embargo, hace rato que ella está siendo violada flagrantemente; incluyendo su soberanía, tomando en cuenta que estamos siendo gobernados por personas que tienen que viajar al extranjero a recibir instrucciones sobre lo que tienen que hacer en nuestro país, violando así nuestra soberanía y no me explico como el ente encargado de hacer cumplir este aspecto  guarda el más absoluto silencio, pero si los ciudadanos venezolanos salimos a protestar pacíficamente somos reprimidos; no solo con “gas del bueno”, sino “a plan y rolo del malo”.  Menos mal que ya yo colgué los guantes y mis energías me han abandonado; a mis 85 años, para andar en estos menesteres y hacerle frente a esas arremetidas, pero estoy seguro que detrás hay unos retoños que no me harán quedar mal cuando esas circunstancias se presenten. Tenemos una juventud que están aportando buenos frutos y que harán lo que sea necesario hacer.

Comentarios