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Tiempo de Reflexión

Iván Olaizola D’Alessandro

Si la GNB se dedicara a vigilar las carreteras en vez de cuidar invasores y vender cebolla, se disminuirían sustancialmente los accidentes viales.
Pasado uno de los eventos más trascendentes de la política venezolana de los últimos tiempos: las elecciones primarias del pasado 12 de febrero, y hurgando en los números resultantes de ese proceso creo que, además del lógico optimismo que generaron esos guarismos, se impone una reflexión sería, profunda, desprejuiciada, de parte de algunos de los actores que intervinieron en ese proceso electoral, de cara a afinar estrategias para el venidero proceso electoral presidencial. Nos referimos en concreto a los partidos que apoyaron al candidato Pablo Pérez quien resultó segundo en la contienda pero a una distancia muy considerable del candidato ganador Henrique Capriles Radonsky. La votación como se sabe se polarizó entre Capriles y Pérez, el primero apoyado por Primero Justicia y algunos partidos pequeños, el segundo apoyado por UNT, el MAS y los partidos tradicionales AD y COPEI y otros grupos menores. La diferencia a favor de HCR fue de 34.2%. 1.923.524 votos contra 899.385. Se logró movilizar el 17.15% del REP. La llamada Alianza Tricolor (HCR) ganó en 22 estados (96%) y en 682 parroquias de 1101 (62%). En cuanto a gobernadores la alianza obtuvo 9, COPEI 4, AD 3 y UNT 2. Estas cifras deberían ser tomadas como base para cualquier estudio político serio que se haga.
 No voy a opinar sobre COPEI por cuanto este partido se ha venido disminuyendo de manera progresiva y últimamente ha tenido problemas graves. De UNT podemos decir que quedó demostrado que es un partido fundamentalmente regional.
En cuanto a Acción Democrática, partido en el cual milito, creo que si se hace necesario y urgente que la dirección nacional del mismo se aboque a un análisis desprejuiciado, científico de estos resultados. La que se suponía mejor y mayor maquinaria política electoral del partido con mayor historia nacional quedó muy mal parada. Si bien es cierto que obtuvo algunos resultados positivos a nivel de estado y alcaldías no es menos cierto que ello se debió a liderazgos regionales. En muchos de estos casos los candidatos ganadores no son militantes del partido. No creo entonces que estos se puedan tomar como un triunfo de la organización como tal.
Sin ánimo de buscar culpables, si creo que el CEN de AD debe dar inicio a un proceso profundo de análisis, de revisión de políticas, de reflexión. Debería convocar a una especie de asamblea de reflexión, con amplia participación, incorporando a personalidades más allá de los directivos del partido, compañeros de amplia experiencia política e independientes, reunir el mundo político intelectual de la social democracia. De ese evento, una vez diagnosticadas las causas reales y verdaderas de lo acontecido, debería salir la convocatoria a un gran evento ideológico para revisar la doctrina social demócrata, en todos sus aspectos. Su pertinencia, su actualidad, sus posibilidades de reunificación, entre otros muchos aspectos. Claro sin olvidar la inmensa responsabilidad que se tiene de cara al 7 de octubre. No hacerlo, cerrarse, tener miedo a las críticas e impedirla, y aferrarse al control de la organización, sería decretar, a muy corto plazo, la “urredización” de Acción Democrática. Y ese no puede ser el futuro del partido de Betancourt, Andrés Eloy, Gallegos, Leoni, Barrios, Leidenz, Pérez, Jaime y de tantos otros luchadores demócratas venezolanos. No se pueden echar por la borda 70 años de logros. Los actuales directivos del partido tienen la palabra.

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