EL ARTE DEL SOÑADOR


Diálogo integrador

Por RÉGULO JOSÉ SANTOS
Poeta popular

Oh! Venezuela, ícono frondoso de páramos, colinas, tepúes, sierras, planicies costeras, mesetas, llanos, caños, manglares, sabanas, cauces, hatos, nevados, lagunas, riberas, cardonales, herbáceas, peñascos, vegetación, xerófilas, tropical y halófila, tepuyanos, cuando estaré de fastuosidad contigo urdiendo tu rebelión consumada, sombra dantesca en mi faena vertebral, difundiré mi poesía de orla azul y criolla entre variantes soberanías entabladas con orgullo nacional. Pueblos de soñadores, suple en invierno como verano rebelde tu tradición ante la sociedad, tal vez sepan de mis proezas como si fuese un raudal acaudalado por el puente bucólico que transita hasta la fuente capitalina. Soy un soñador que expongo mi creatividad ilustrada en moralejas inspiradas bajo los instintos del alma; del cometa empañado y el rosal melodioso, diseño sobre la fragata tu merced. Divisen que peregrino a ritmo estremecedor aunado a la silva pastoril; mayor faz primaveral; retoma con tu faceta escapularía a mi pueblo, ciudadanos oriundos de esta comarca, dispondré en elevar mi porción textual un canto de fe devoción y esperanza. Lejos del suelo patrio ondearé la bandera Venezolana, con la diana en fila de batallar contra los traidores que mancillan el honor y la democracia. Dista de tu espacio  en la tierra que dormita al néctar tuyo y el hombre de América con tus rocíos fulgentes dispensa el triunfo heroico e ahí cultive mis raíces. Avanzará el día que me extraditen del suelo fulgido de salubre marinero, saciado suardiré en temporada sufragante y marcharé de recinto a recinto proclamando la libertad expresiva que requieren los pueblos del mundo. Aliado a que se reivindiquen políticas públicas al entorno comunal y se restaure la paz. ¡Erradicar la ponderación que origina los conflictos bélicos! Vestid de transparencia y diplomacia sin abrogar lineamientos políticos más basados en el vector cultural opuesto a la intransigente, petulancia y parlería. Hijos de la patria, realzad la bandera, el escudo y el himno que identifica a tu nación, reciban con sencillez la heredad ancestral sin perplejos, confrontaciones, desmanes, ni desigualdad. Estación otoñal, estuparé en tu regazo humedecido frente al mar y el monumento crónico soslayando a quien pretenda cercenar las vías de diálogo compatible y la adquisición del aprendizaje concerniente a la educación. Defender y fortificar la crepancia del apostolado, uncionar con un grito consolador y victorioso, auparé jubilosamente el arte de transmitir destellos de luz por los caminos que itineran al populacho sea cual sea el medio de hacer llegar el mensaje de salutación, orientación y congratulación recopilando las expresiones típicas oriundas de mi terruño natal.        

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