CASO IUPMA

Autoridades de la Iglesia: ¿Fraude, mentiras o corrupción?
Al revisar algunos antecedentes de la historia eclesial en el Mundo, es obligado mencionar al gran líder Martín Lutero. En el siguiente texto titulado La controversia por las indulgencias se aprecia lo siguiente: “Una indulgencia es la remisión (parcial o total) del castigo temporal que aún se mantiene por los pecados después de que la culpa ha sido eliminada por absolución. En aquella época, cualquier persona podía comprar una indulgencia, ya fuera para sí misma o para sus parientes muertos que permanecían en el Purgatorio. El fraile dominico Johann Telzel fue reclutado para viajar por los territorios episcopales del Arzobispado de Alberto de Maguncia promoviendo y vendiendo indulgencias, con el objetivo de financiar la edificación de la Basílica de San pedro en Roma. (Subrayado nuestro)
Lutero vio este tráfico de indulgencias como un abuso que podría confundir a la gente y llevarla a confiar solamente en las indulgencias, dejando de lado la confesión y el arrepentimiento verdadero. Lutero predicó tres sermones contra las indulgencias en 1516 y 1517. Según la tradición, el 31 de octubre de 1517 fueron clavadas las 95 tesis en la puerta de la Iglesia-Castillo de Wittenberg como una invitación abierta a debatirlas. Las tesis condenaban la avaricia y el paganismo en la Iglesia como un abuso, y pedían una disputa teológica en lo que las indulgencias podían dar. Sin embargo, en ellas no cuestionaba directamente la autoridad del Papa para conceder indulgencias.” (Subrayado nuestro)
Como se puede apreciar, este escrito se produjo muchos años atrás, lo cual indica que las contradicciones de la Iglesia vienen desde tiempos remotos y pareciera ser que todavía persisten. Sin embargo, según nuestro criterio, esto no puede seguirse dando en la actualidad cuando se predica la solidaridad, la justicia, la equidad, la paz, el amor y la libertad como magnos valores del comportamiento humano.
Para citar un caso, vamos a mencionar lo que ocurre en el Instituto Universitario Pedagógico “Monseñor Rafael Arias Blanco” IUPMA: La máxima autoridad de la Iglesia Católica en Venezuela, su Eminencia Jorge Liberato Cardenal Urosa Sabino, se muestra en las pantallas de la TV y en los medios impresos como un mensajero de Dios que llama con vehemencia desmedida a la práctica de la solidaridad, la justicia, la equidad, la paz, el amor y la libertad. Lo cual es aceptable por cuanto se supone que esa es su misión.
No obstante, es conveniente reconocer que su Excelencia Urosa heredó de Ignacio Antonio Cardenal Velazco García, el cargo de Canciller de la Fundación Universitaria “Monseñor Rafael Arias Blanco”, figura jurídica infelizmente constituida para apropiarse, según revisión documental y múltiples opiniones, indebidamente del patrimonio académico y administrativo de la Asociación Civil Instituto Universitario Pedagógico “Monseñor Rafael Arias Blanco” IUPMA, organización fundadora de esta institución.
De acuerdo con la interpretación y críticas que le hacía Lutero a la Iglesia de aquella época, siendo él sacerdote católico, vale mencionar lo relativo a las indulgencias, mientras mayor eran las prebendas o sacrificios, mayor eran las indulgencias, posición que jamás compartió ni aceptó. Si esta conducta es así, entonces no nos extraña asumir que no importa la comisión del fraude, el engaño o la estafa, pues para lograr las indulgencias sólo basta amasar una gran cantidad de dinero para enviarla a Roma y así se estaría más cerca de Dios.
Por esta razón, los estudiantes del IUPMA, no deben preocuparse, les seguirán aumentando el costo de la matrícula y los aranceles; y mientras más paguen, más dinero enviarían a Roma y así los gerentes del IUPMA junto con el Cardenal Urosa, en un solo combo, tendrán un lugar en el Cielo para disfrutar el descanso eterno de sus almas.
Como hombre de Iglesia, durante toda la vida, formado bajo los principios éticos de solidaridad, justicia, equidad, paz, amor y libertad no podemos dejar pasar inadvertido este atropello injusto, desmedido y cínico que pretende mantenerse en la impunidad.
En este sentido pedimos a las autoridades competentes que no le teman a las indulgencias que pregonan de un sólo lado, de repente éstas pudieran surgir por los hechos y la certificación de delitos. Solamente Dios sabrá a quien, justamente, recompensar. .

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